miércoles, 2 de noviembre de 2011

Una bruja comiendo tamales.

Es difícil pensar, como mexicano, que el Día de Muertos puede estar ligado al Halloween. ¿Cuántas veces hemos escuchado discutir a personas entre que si es mejor festejar el Día de Muertos o disfrazarnos para salir a pedir nuestro Halloween?


Tradicionalmente el Día de Muertos, aparte de ser ya declarada por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, es una festividad Mexicana que todos llevamos dentro, a pesar de que en el norte del país se acostumbra adoptar la mayoría de las tradiciones gabachas, el Día de Muertos nunca se olvida y se mantiene presente en las mentes de los norteños.


A esto hay que sumar la comprometida causa que persiguen algunos ‘derechistas culturales’, en una posición totalmente conservadora y a veces hasta agresiva contra la tradición estadounidense.


¿Realmente está en peligro la festividad tradicional Mexicana? Eso no es lo que se evidencía los dos de noviembre en los panteones y las vendimias que se hacen fuera, las convocatorias de altares en las escuelas públicas y privadas de todos los niveles, en el recuerdo de los familiares fallecidos y la inevitabilidad de recordarlos por estas fechas.


Si bien es cierto que el Halloween ha venido ganando terreno año con año, y que México es ya un país que festeja con sus lámparas Jack de calabaza, eso no quiere decir que no compren su ramito de cempasuchil y se tomen un atole y un pan de muertos mientras recuerdan al amigo o familiar que se adelantó, y no falta el entusiasta que arme su altar de muertos o que vaya al panteón a visitar al ser querido.


Y es que lo bueno de todo esto son las fechas, puesto que el Halloween se celebra el 31 de Octubre, y el Día de Muertos el 2 de Noviembre, lo cual facilita la celebración de ambas tradiciones sin necesidad de tener que elegir una para festejarla.


Mientras los antros hacen sus fiestas de disfraces alusivas a la celebración estadounidense, los panteones hacen sus ferias y vendimias el día de muertos, ¿y? todos contentos.


Se ataca al Halloween argumentando que, como todo, los estadounidenses crearon una mounstro comercial que lo único que busca, es que el mundo lo consuma, y mientras más lo consuma, más ocupe de él, bien, quizás el Día de Muertos no sea un evento tan masivo como el Halloween, pero así como la celebración gringa se clasifica como puro negocio, no podemos negar que el Día de Muertos no se queda atrás, a pesar de ser nuestros difuntos los venerados y recordados en éstas fechas, ¿quiénes son los que van a la feria, se suben a la rueda de la fortuna, compran elotes, papas fritas, churros, juegan a la lotería, se toman sus cervezas y whiskeys y acaban la celebración hasta el 3, y quizás hasta el 4 de noviembre?


Entonces, ¿cuál es el problema? Si bien todos podemos ir al antro de brujas y zombies, salir a pedir dulces con nuestros niños, derramar sangre falsa sobre nuesra piel para parecer un muerto viviente, y cortar nuestras calabazas, también podemos, sin ningún problema, salir a recorrer la feria y el panteón a recorder a nuestros seres queridos mientras nos tomamos un atole, y seguramente, si ellos estuviesen presentes, harían lo mismo.

Y es que aunque se quiera destituir al Halloween con la justificación de que está eliminando nuestra tradición del 2 de Noviembre, está más que comprobado que el Día de Muertos no va a desaparecer, y aunque sean dos festividades parecidas y cercanas en fecha, son celebraciones distintas, y habremos de pensar si realmente constituye el Halloween una competencia para la tradición Mexicana, que es rica en color, significado, e involucración de las emociones.


El disfrutar de todo a lo que se tiene alcance, aprovechando que somos mexicanos y vecinos del estados unidos, ¿nos convierte en malinchistas? El día de Muertos es la tradición de casa, eso ni quién lo niegue, no hay nada que temer, igual nos podemos vestir de bruja e irnos a comer tamales y no va a pasar nada.

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